La actual es una situación para la que realmente no estamos preparados, por lo cual, ante la incertidumbre y el temor de un ingreso por la fuerza de una turba, son múltiples las propuestas que se escuchan en pasillos y reuniones de residentes, o incluso en sesiones de consejos de administración.
Es innegable que las imágenes tristemente comunes de daños en bienes públicos y privados, los cierres de vías en tantos sectores de ciudades y carreteras que generan desabastecimiento, o el escuchar -cada vez más cerca de nuestras casas- los ruidos de explosiones y disparos, alimenta ese inmenso temor de que en algún momento una turba ingrese por la fuerza a nuestro conjunto.
Ante esto debemos comenzar por decir que solo existe el reporte de ingreso a un conjunto residencial de manera puntual y por hecho concretos, por lo cual no debemos permitir que el miedo y la zozobra se apoderen de administradores y residentes.
Pero tampoco por ello podemos desconocer que, esta realidad que afrontamos, es una situación para la que realmente no estamos preparados, por lo cual, ante la incertidumbre y el temor de un ingreso por la fuerza de una turba, son múltiples las propuestas que se escuchan en pasillos y reuniones de residentes, o incluso en sesiones de consejos de administración. No obstante, antes de ejecutar cualquiera de esas bien intencionadas propuestas, debemos analizarlas con detenimiento, pues justo en momentos de crisis es cuando estamos llamados a actuar con la mayor sensatez y prudencia, dado que algunas de tales propuestas podrían terminar generando más problemas que soluciones.
El manejo de la seguridad debe estar en manos de expertos
Debemos ser enfáticos en decir que el miedo y la incertidumbre no puede generar mayor violencia y mucho menos motivar a los particulares al uso de la fuerza o de armas, aunque sea para prever la defensa ante un eventual ataque. No podemos negar que el uso de armas, de cualquier tipo, por quien no tiene experiencia en su manejo puede generar consecuencias aun más graves que el ataque que se quiere evitar, como un disparo accidental dentro del hogar por un miembro de la familia, en especial los niños, o en un momento de pánico, en el que no exista un ataque real, disparar contra un vecino o una persona que no participaba en el conflicto.
Existen elementos de defensa que deben estar bajo el dominio y manejo de los miembros de la fuerza pública o de los particulares autorizados por el Estado, como el caso de los miembros de las empresas de seguridad que prestan los servicios a la copropiedad, por lo tanto, es a ellos a quienes debemos pedir reforzar, en la medida de sus capacidades, la seguridad del conjunto.
Análisis de riesgos y reforzamiento de barreras
A pesar de la incertidumbre, antes de adoptar cualquier medida lo aconsejable es solicitar un análisis de riesgo de la copropiedad a la empresa de seguridad que le presta sus servicios, por ser esta la verdadera experta en el tema, con el fin de intentar precisar:
Si la copropiedad puede ser un verdadero objeto de valor para los delincuentes, evaluando si para ellos es significativo intentar superar los riesgos de ingreso y salida del conjunto, frente aquello que puedan obtener
Las barreras físicas de contención con que cuenta la copropiedad, su confiabilidad y la posibilidad de reforzarlas en el corto plazo
La posibilidad de contar con mayor recurso humano por parte de la empresa de seguridad para el cuidado de bienes comunes
Implementación de mecanismos de seguridad en unidades privadas, manteniendo puertas y ventanas cerradas. Complementar con utilización de cerraduras en las noches o ante un eventual ataque
Revisar el adecuado funcionamiento de equipos de energía, acueducto y comunicaciones y en especial los equipos de emergencia, como plantas eléctricas, motobombas, luces de emergencia, extintores y demás.
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Implementación y manejo de un chat para la copropiedad
Una buena medida de seguridad es la creación de un chat para la copropiedad, por medio de WhatsApp o cualquier otra aplicación, con el fin de mantener informados a los propietarios sobre los mecanismos de precaución o defensa que puedan implementar, así como cualquier riesgo o eventual ataque que la copropiedad pueda padecer.
Sin embargo, el manejo de este chat debe ser bajo total responsabilidad y sin infundir miedo o temor innecesario, evitando el envío de noticias sin confirmar o sobre eventos que no tengan ninguna relación con la copropiedad o su entorno, para lo cual seguramente los propietarios ya cuentan con otros medios de información.
Por lo anterior, nuestra recomendación es que el chat tenga restricciones en su manejo, para que los mensajes puedan llegar a todos los residentes, pero solo puedan ser enviados por el administrador de la copropiedad o algunas personas que él autorice, como el personal de seguridad o algunos miembros del consejo de administración, y así tener mejor control sobre el contenido. E insistimos, que se trate de información veraz y relacionada exclusivamente con la copropiedad o su entorno y las estrategias de seguridad que se puedan implementar, o para advertir sobre eventuales riesgos o ataques.
Respeto por la diferencia
Por último no queremos dejar pasar esta oportunidad sin referirnos a la importancia de respetar las diferentes opiniones y expresiones de los propietarios y residentes sobre el momento que se vive, pues algunos exponen banderas en balcones y ventanas y otros apoyan con gritos, pitos y golpes de ollas y cacerolas a los manifestantes, sobre lo cual no puede existir ningún tipo de restricción por parte de la administración.
Como recomendación especial a los residentes, debemos decir que no se debe provocar a los manifestantes que circulen por zonas aledañas a la copropiedad, ni verbalmente y mucho menos arrojando elementos, pues esto no solo constituye falta de respeto sino que puede generar un innecesario incidente.
Gustavo Adolfo Martínez Rojas
Abogado Universidad San Buenaventura
Especialista Derecho Procesal Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín